
Una de las nutricionistas más expertas en esta enfermedad parasitaria, Doris Ramish, nos enseñó, que la leishmania es una de las enfermedades más comunes en nuestro país, que afecta a perros, gatos y personas.
Su transmisión entre individuos es bastante inusual, y la ubicamos en climas subtropicales, tropicales, convirtiendo al mosquito del Mediterráneo en uno de los más peligrosos para nuestros perros y gatos. Existen alrededor de 70 especies de huéspedes para la leishmaniasis en el mundo, inclusive el ser humano.
Este mosquito de tamaño pequeño, vive en zonas húmedas, entre los 15 y 28 grados. Los grandes cambios de temperaturas debido al cambio climático, están propiciando que su estancia sea más duradera de lo normal, y se extienden por zonas que antes no eran endémicas. Su lugar favorito son las zonas humedad y de tierras mojadas, zonas sin corrientes de aire, y luces cálidas.
La OMS advierte de que existen más de 90 especies de Flebótomos transmisores de este parásito en el mundo, dependiendo de la parte del mundo en la que te encuentres, la especie de este mosquito será una u otra.
En la península solo conocemos casos de la Leishamnia infantum, transmisible por las especies Phlebotomus pernicious y Phlebotomus ariasi.
Los estudios señalan que esta enfermedad oscila entre un 2% y un 57% de perros en función de la zona del país en la que te encuentres. Sabemos que su efectividad se ve influenciada por la raza, el tamaño y la edad del perro, siendo clave para su desarrollo la capacidad de su sistema inmune.
La sintomatología no es común entre todos los pacientes, ya que pueden reaccionar de forma individual y aislada, aunque podemos destacar:



También cabe la posibilidad de que el paciente dé positivo en la enfermedad, y jamás muestre sintomatología.
Leishmania ¿Podemos hacer algo nutricionalmente? SÍ
La alimentación siempre es importante, pero cuando el caso es complicado o va de la mano de problemas renales, lo es más aún. El problema de la Leishmaniasis, es que la enfermedad no mata al animal, sino que es su propio sistema inmune quien podría hacerlo.
Se puede convivir con la enfermedad. Cada caso y cada animal son diferentes, no todos reaccionan igual, por lo que individualizar es muy importante. El tratamiento puede ser invasivo, y fármacos como Alopurinol pueden dar lugar a posibles efectos adversos como cálculos en la orina, disuria u obstrucción urinaria, lo que le daría mayor importancia al uso de una dieta personalizada baja en purinas. Por ellos debemos hacer revisiones anuales para tenerla controlada mediante procesos ecográficos y uroanálisis, usar tratamiento siempre que sea necesario, dejarnos guiar por nuestro veterinario, y apoyarnos en una buena alimentación.
¿Por qué juega un papel tan importante la alimentación?
Es de suma importancia entender lo contraproducente que puede ser una alimentación carente cuando tenemos un sistema inmune debilitado. Necesitamos aportar nutrientes, minerales, oligoelementos, en definitiva un alimento de calidad, lo más natural posible.
Entre los diversos medicamentos posibles para combatir la enfermedad, el Alopurinol es el tratamiento antiparasitario más común contra la leishmania. Es un inhibidor de la xantina oxidasa, lo que da lugar a que las purinas no puedan convertirse en acido úrico, y puede dar como resultado un efecto secundario muy común, la acumulación de las Xantinas. Un estudio realizado a 320 perros con leishmania, determinó que 42 de ellos desarrollaron problemas urinarios asociados a este medicamento. Las recomendaciones nutricionales variaran en función del tipo de dieta que demos, si hay un tratamiento, y si hemos desarrollado o no problemas urinarios.
Lo mejor sería intentar descartar una dieta ultraprocesada o comercial, buscar carne de calidad a poder ser ECO, sobre todo si tenemos cristales de Xantina, para así poder controlar las purinas durante el tratamiento. Esto es bastante difícil ya que los alimentos comerciales, ya sean ultraprocesados o naturales, llevan en su composición, pieles, vísceras y levaduras.
Indistintamente, cada animal es único, no hay un patrón a seguir para cualquier animal enfermo de leishmaniasis, la dieta puede ser variable dependiendo del caso. Por ello lo mejor es asesorarnos con un especialista en nutrición, y siempre acompañados de las pautas de nuestro veterinario.
Si nuestro animal cuenta con este problema urinario, debemos saber que aunque existe alimentación procesada comercial más «baja en purinas«, pero lo más apropiado es hacer un análisis de la composición para así determinar si es lo suficientemente bajo y apto. Debemos saber que cuando buscamos algo tan específico, la calidad nutricional puede ser inferior a la necesaria, debemos leer muy bien el etiquetado y no dejarnos guiar por el eslogan de la propia marca.
A pesar de todo esto, nuestra filosofía siempre se inclinará en que las dietas naturales no son para todos. Necesitamos ponernos en el lugar de la familia, y sus necesidades, pero en este caso, hay que ser mas consecuentes, y debemos buscar la mejor alimentación que podamos ofrecer.
Alimentos a evitar
Algunos alimentos altos en purinas, o propensos a cristales de Oxalato.

Verduras de hoja verde

Trucha / Boquerón / Caballa

Caballo / Potro

Vísceras

Soja

Cereales

Amaranto
Fuentes